Por Ramón Florenzano
En las recientes Jornadas Ignacio Matte Blanco en noviembre de 2022, participaron Niklas Bornhauser, actual Director del Doctorado en Psicoanálisis de la Escuela de Psicología Universidad Nacional Andrés Bello, Fernando Araos Miembro Titular de la Asociacion Psicoanalítica Chilena), Mabel Silva, Miembro Supervisor de la Asociación Psicoanalítica Española, y Miembro Asociado de la Asociación Psicoanalítica Chilena), y Marcela Fuentes, Miembro Titular, Asociación Psicoanaíiitca Chilena.
Uno de los temas tratados en este evento fue el de la matematización en autores como Wilfred Bion y el mismo Matte Blanco. Al respecto, Niklas Bornhauser planteó que la bilógica de Matte Blanco es un intento de ordenar el caos del inconsciente freudiano en una gradiente en capas que va desde la asimetría del proceso secundario consciente, a una sucesión de capas cada vez más profundas, que pueden aparecer en el pensamiento onírico o psicótico. Este podría ser expresado en fórmulas matemáticas o representado geométricamente.
La lógica matemática emparienta a Wittgenstein con Bertrand Russell, quien a su vez inspiró a nuestro maestro Ignacio Matte Blanco. La reducción de los hechos concretos, o el estudio material de la naturaleza propios de la física o de la química, pueden ser expresado mediante fórmulas matemáticas o dibujos geométricos. Esta matematización, para Wittgenstein, permite expresar las características cíclicas de la rotación de los astros, o de las vidas humanas, que no son tan distintas desde las tragedias griegas hasta nuestros días, en notación matemática. El sentido profundo de la vida de cada individuo puede explorarse, postuló Matte Blanco, en la naturaleza simétrica de las capas sucesivas del inconsciente dinámico. En la crucial década de los 1910, Wittgenstein estaba escribiendo su Tractatus Logico-Philosophicus y Bertrand Russell sus Principia Mathematica, al mismo tiempo que Sigmund Freud estaba sistematizando sus trabajos clínicos en su metapsicología. Russell revisó su texto y se demoró en publicar la versión final al saber que Frege había desarrollado una nueva teoría lógica, con una teoría nueva sobre los números. Russell conectó su lógica con la lingüística, señalando que su lógica simbólica era un modo de aplicar las matemáticas, la ciencia exacta por antonomasia, a la realidad práctica en la que vive la mayoría de los hombres. Russell en el Reino Unido hizo lo que Alfred Whitehead en los Estados Unidos. Ambos autores derivaron posteriormente hacia teorías morales y políticas: Whitehead llegó al utilitarismo norteamericano: es verdadero aquello que hace feliz a la mayoría de los hombres, mientras que Russell dijo que la verdad de una proposición tenía que cumplir con los axiomas que definen a un sistema lógico. Russell terminó sus días buscando una justificación no teísta para la conducta moral, luchando abiertamente en contra de la posibilidad de una guerra nuclear, o del genocidio norteamericano en Vietnam.
Freud intentó pasar desde la neuropatología a hacer una psicología para neurólogos, y sus discípulos Ignacio Matte Blanco ligó esto a la lógica matemática de Russell. Wittgenstein leyó a Freud, y en sus Escritos Filosóficos se refiere a un artículo de éste (Una dificultad en el camino del psicoanálisis, 1917). Este texto impactó a Wittgenstein por sus alusiones a lo ominoso y a lo inefable, que sugieren a este último la idea de Dios. Una hermana de Wittgenstein fue paciente de Freud, y cuando este finalmente aceptó refugiarse en Inglaterra le dejó una copia autografiada de “El Futuro de una Ilusión”.
En su exposición, Nicklas Bornhauser da una mirada panóptica a algunos escritos escritos freudianos tales como el principio del placer (Mas allá del principio del placer (relación entre instinto de vida y de muerte), para referirse luego desde la filosofía hegeliana a antinomias tales como situaciones contradictorias, dando el ejemplo del barbero que presta un servicio, pero en el cual el cliente debe confiar porque puede también degollarlo, subrayando la necesidad de la confianza.
Dice Bornhauser que para Ignacio Matte-Blanco, la antinomia en lógica bivalente no lo es en la lógica del inconsciente. Lo anterior se funda en una tesis kantiana: el espacio y tiempo como presupuestos para el conocimiento fenoménico. Los conceptos Inconscientes son atemporales. En Matte Blanco son a- lógicos. Bornhauser da una explicación en capas de antinomias: en una primera capa, el estudio de la evolución darwiniana mostró que la vida tiende a conservarse, pero también a extinguirse. Pulsión de muerte, de regresar a lo inanimado. La pulsión de vida tiende a la extinción: la entropía. La salida que da Matte Blanco a esta antinomia es la Lógica Inconsciente. Si todo lo vivo muere, la meta de toda vida es la muerte, como lo señala Freud en “Mas allá del principio del placer”. El enunciado freudiano dice que en la evolución, la materia buscó la vida. Al mismo tiempo, la vida busca lo inanimado. Esto es una relación simétrica en la cual lo inanimado busca la extinción de la vida. Matte Blanco hace una translación de lo Inconsciente a lógica bivalente. Freud hace una traducción de lo Inconsciente en “La Interpretacion de los Sueños”, Matte Blanco encuentra una “falta de claridad de Freud”. En una segunda capa, Bornhauser expone que los padres en su búsqueda de prolongación generan a los hijos. Ellos deben extinguirse para que los hijos conserven la especie. Recuerda la costumbre de los padres hacia la muerte, en el ejemplo de los abuelos esquimales que se retiran a morir. IMB sigue a Freud afirmando que esto es un ejemplo de destrucción al servicio de la vida. Por lo tanto acá aparece nuevamente una antinomia hegeliana expresada en forma de tesis y antítesis. Sigmund Freud interpreta lo anterior no como propuestas antagónicas, sino complementarias: ambas coexisten. La preservación de la identidad de los padres lleva a la coexistencia con los hijos. En una tercera capa señala Bornhauser que la vida es movimiento y que hay una relación de Freud con Schopenhauer. El catabolismo lleva a la muerte, la vida lleva al reposo. El despliegue vital termina en el reposo. En Matte Blanco los niveles inconscientes no saben de movimiento. En ellos hay atemporalidad y a- espacialidad. En una cuarta fase Bornhouser expone que la antinomia entre el trabajo analítico por la “via del porre” o la “via del levare” es una aplicación técnica de lo anterior. En Matte Blanco lo inconsciente no sabe de la idea de muerte. Freud tardío en el “Esquema”: Las metas inconscientes no tienen que volver a la consciencia. Las metas inconscientes son “a-logicas”, pueden estar yuxtapuestas. El contenido del inconsciente es disparatado. En Matte Blanco la vida es = a la negación de la vida, la vida es equivalente a la muerte. En el inconsciente no se llega a conclusiones, no hay un conocimiento cristalizado. P no es = a no p en la bilógica.
En conclusión: en Matte Blanco las antinomias hegelianas se transforman en coexistencia de vida y muerte. Puede existir vida al servicio de la destrucción de la vida. El principio de la negación de la vida lleva al reposo. El movimiento concluye en reposo, el movimiento concluye en la muerte. En el inconsciente, vida equivale a muerte. Esto en Matte Blanco, está en los niveles mas superficiales del inconsciente. Sigmund Freud necesitó postular primero la libido y después Tánatos, pero esto lo hizo pontificando: transformándolo en una DOXA.