Falleció André Green. Desde hacía ya tiempo, algunos de nosotros lo habíamos ido descubriendo en una lectura individual. En mi caso, lo primero que leí de él, sin saber mucho de su autor, fue su reporte al Congreso de Londres (El analista, la simbolización y la ausencia). Ya en esa primera lectura, se me hizo evidente su rigurosidad teórica, que combinaba de una particular facilidad para dar cuenta de lo que todos nosotros encontramos en nuestra práctica clínica. La evocaba. Algunos años después, el mismo Green me recomendó a Fernando Urribarri, psicoanalista argentino, para que él pudiera guiarnos en el estudio de su obra. De eso hace alrededor de seis años. Seis años en los que constituimos un grupo de estudios estable, dialogante, interesado, y que posteriormente ha ido dando nacimiento a otros, así como ha permitido el estudio de la obra de Green en la formación analítica del instituto. En Octubre de este año, varios de nosotros asistimos y personalmente participé en un panel en el “Primer encuentro internacional Green” realizado por APA y la UBA (a través del espacio Green, dirigido por Urribarri).
Tras su formación psiquiátrica, André Green se analiza con Bouvet e ingresa a la Sociedad psicoanalítica de París. Entre 1960 y 1967 participa en el seminario de Lacan, rompiendo luego con él por la postura dogmática y las posturas técnicas que fue asumiendo Lacan. Si embargo, Lacan será uno de los autores con los cuales Green dialoga en su obra. Esta postura y el alejamiento de Lacan lo acercan a un grupo de autores franceses contemporáneos a él, con los que forman un grupo post-lacaniano, fundamentalmente freudiano y pluralista (Anzieu, Laplanche, Pontalis, Aulagnier) desarrollando cada uno de ellos obras individuales. En esta misma época, comienza la lectura de las obras de Winnicott, y Bion, a los cuales conoce personalmente. Se interesa por sus obras, las trabaja y las hace dialogar con su propia obra. Green es entonces un autor que valora como esencial el modelo de Freud, al cual relee, en profundidad, señalando sus aciertos, pero también sus límites. De ahí, enriquece la obra freudiana con “sus” principales autores post-freudianos (Lacan, Winnicott y Bion) con los cuales busca además poder pensar la clínica de los pacientes llamados no-neuróticos.
La obra de Green es extensa y compleja. En “El discurso vivo”, se pronuncia por la heterogeneidad del significante, lo que lo desmarca con respecto a uno de los postulados de Lacan. El afecto sería una forma primaria de simbolización, que moviliza la representación, “función básica del psiquismo”.
En “Narcismo de vida y de muerte”, y “De locuras privadas”va formulando no sólo una descripción de su modo de entender el funcionamiento de los casos límites y las dificultad del trabajo con estos pacientes, sino que va desarrollando una visión propia del funcionamiento mental con su concepción del narcisimo como estructura y su desarrollo del concepto de límite. Esto se irá enriqueciendo con sus obras posteriores, con su concepto de terceridad y el y trabajo de lo negativo en sus aspectos normales (y positivos) y patológicos.
Este trabajo se va profundizando del 2000 en adelante, con su intento de describir un psicoanálisis contemporáneo, que partiendo de la metapsicología de Freud, incorpora los aportes de los principales autores post-freudianos en un intento de ampliar las fronteras del método psicoanalítico a los pacientes no-neuróticos, que desafían nuestro pensamiento clínico y nuestro método. El pensamiento de Green es un pensamiento complejo, que dialoga no sólo con los autores psicoanalíticos, sino también con linguistas, matemáticos, filósofos, biólogos, manteniéndose al mismo tiempo como pensamiento profundamente psicoanalítico. Claves para entender su obra son la tensión dialéctica e irreductible entre historia y estructura, fuerza y sentido, lo económico y lo simbólico. Para Green, la matriz del sujeto es la pulsión (o fuerza), en incesante diálogo y tensión con el objeto, que marcará, de acuerdo a sus características, el devenir de la creación de todas las estructuras intermediarias que constituyen el psiquismo. De ahí, Green propone una doble malla permanente para nuestra escucha clínica: lo intrapsíquico y lo intersubjetivo.
Su trabajo sobre el encuadre, la teorización sobre éste, y en particular, su noción de encuadre interno le hacen proponer una visión original de la relación entre psicoanálisis y psicoterapia, de la cual da testimonio el libro “Nuevas vías de la terapia psicoanalítica”, obra realizada bajo la dirección de André Green, y que reúne a más de treinta autores, provenientes de corrientes psicoanalíticas diversas, dialogando en torno a la clínica, la técnica y la teoría.
Su último libro publicado está centrado en la teoría del pensamiento. Su incansable pasión lo tenía trabajando, junto a Urribarri, en un libro sobre técnica. También estaba pensando en un siguiente proyecto, del cual oímos en su saludo al “primer encuentro Green” en Buenos Aires, sobre Bion, Winnicott, Lévy-Strauss. Esa pasión por el psicoanálisis, junto a una obra teórica, técnica y clínica de una rigurosidad y coherencia poco frecuentes, nos dejan como tarea el seguir pensando su obra de manera apasionada y crítica, como era su propia lectura de los autores a los que él valoró.
Marie France Brunet.